Ping.
Me llega una foto. Estás dejando tu huellita para tener DNI. Y qué huellita estás dejando.
El día que empecé a esperarte sólo podía pensar en lo oportuno de nuestro encuentro. Vos elegías a tu mamá y yo elegía volver a la ciudad en la que coincido con tu mamá. Y con la mía. Yo viví muchos años lejos, pero justo cuando se te ocurrió venir, a mi también.
El día que empecé a esperarte pensé que tu mamá, de distraída, había puesto un plato de más en la mesa. Pero la picarona, cuando tuvimos el atrevimiento de señalarle el error, nos dijo que estábamos esperando a alguien más. Una amiga más rápida que yo, te descubrió. Pica Felicitas.
El día que empecé a esperarte lo marqué en mi agenda. Quiero recordarlo todo. Como todo lo que compartí con tu mamá. No voy a contarte hoy todos esos recuerdos. Ya los vas a conocer alguna tardecita de jueves en el que nos escuches conversar. También, me animo a asegurar, que cuando nos veas por primera vez vas a aprender una nueva palabra: amistad.
Amistad: sustantivo y verbo. Adjetivo también, cuando impregna el nombre de esa persona que querés, con sensaciones de seguridad, complicidad y alegría.
Amistad: esa presencia que trasciende lo espacial y atraviesa lo temporal, que acompaña cada día de una vida.
Desde el día que empecé a esperarte te veo crecer. La veo crecer. Nos veo crecer. Que linda la vida compartida. Que cosa el paso del tiempo. Tan rápido, tan lento, encapsulado, acelerado. Nos empuja, nos congela. Si lo sabrás, tan pequeñita y controlándolo.
Capaz, cuando seas grande y preguntes por tu día de nacimiento, porque una carta natal sembró curiosidad en vos, vamos a estar tus tías, contándote que esa personalidad que va al frente salió de algún lado, de esa mamá, de ese día.
Bienvenida a la peña de los jueves.
🥲 cuánta vida vivida y por vivir, juntas ♥️ y qué dicha, Dios!!!!!
Amoo 😍 bienvenidas tus huellas Felicitas!